El desarrollo de la producción industrial gracias al aire comprimido
La energía neumática es de las más utilizadas después de la eléctrica. Su practicidad, múltiple funcionalidad, y además, su bajo coste, la hace imprescindible en cualquier área industrial.
En áreas productivas tan disímiles una de la otra como la carpintería, automotriz, agrícola o farmacéutica, el aire comprimido es el rey de la potencia.
Esto no sucedió de un día para otro. Para que el aire comprimido y los compresores de aire industrial se convirtieran en la tecnología protagonista de los procesos productivos, pasaron por interesantes y largos procesos de maduración.
Es por ello que este blog está dedicado a realizar un repaso por la evolución de la producción industrial gracias al aire comprimido.
Antes de los sistemas del aire comprimido
Desde la antigüedad hemos utilizado formas de aire comprimido. Claro, en ese entonces no provenía de maquinarias complejas.
Se puede hablar de la presencia del aire como herramienta desde que los seres humanos usaron la potencia del aire de sus pulmones para soplar sobre brasas y hacer fogatas.
Avivar el fuego con aire fue uno de los primeros avances para crear civilización. El fuego era la primera herramienta para cocinar y también para construir.
Para crear los primeros hornos que fundieron las primeras piezas de metal, se utilizaron formas primitivas de aire comprimido que podían dar la potencia que los pulmones humanos no podían proveer.
Los primeros artesanos crearon herramientas que proveían presión, la fuerza de esas herramientas era producida con las manos y los pies que presionaban acordeones primitivos. También se sirvieron de ruedas de agua o norias, con las que se derritieron los primeros metales.
Con los conocidos fuelles, por ejemplo, se construyeron las primeras piezas finas de oro y otros materiales preciosos que necesitaron de calor para su fundición.
Claro, todos estos avances del pasado se quedaron pequeños con un nuevo salto que vino posteriormente. Los desafíos de la revolución industrial.
La revolución industrial
La revolución industrial supuso un salto gigantesco en la producción de manufactura. Ya no se trataba de humildes artesanos que hacían todo con las manos.
Ahora las máquinas sustituían los lentos procesos para incorporar algo que hasta ese momento era desconocido: la producción en masa.
Y esa producción en masa requería de mayor energía. Allí es donde aparecen algunos de los primeros compresores mecánicos, que ya existían en la Inglaterra del siglo XVII.
Estos compresores funcionaban con mecanismos parecidos al pistón y los cilindros que conocemos hoy día. Tecnología que fue desarrollada por diferentes culturas, como la romana y china.
Posteriormente, estos sistemas requirieron su mejora y evolucionaron hasta hacerse máquinas más potentes, y además, en este momento las máquinas no solo funcionaban con vapor, sino que también se sumó el uso de la electricidad y así es como los sistemas de aire comprimido que conocemos a partir del siglo XX comienzan a tomar forma.
Avances posteriores
Gracias a estos grandes aportes, los sistemas de aire comprimido se han vuelto mucho más avanzados. Como se ha comentado, son herramientas esenciales, imprescindibles en la industria contemporánea.
Estos nuevos avances en sistemas de aire comprimido contribuyeron a su utilización por parte de los productores del campo y por los ingenieros y trabajadores del área automotriz.
Cientos de herramientas que manejamos a diario funcionan con aire comprimido.
Equipos médicos e industrias farmacéuticas y energéticas, utilizan aire comprimido en sus operaciones. Muchos de los bienes y servicios que nos facilitan la vida a diario usan aire comprimido.
¿Cómo se hace el llenado y el sello de los helados que nos comemos?, ¿qué llena y sella los blísters de los medicamentos?, ¿de dónde proviene el aire respirable de las clínicas y hospitales?, ¿cómo se escarba entre las minas buscando minerales estratégicos?
Todo esto y mucho más, con herramientas que funcionan gracias al aire comprimido.
El aire sigue siendo y no dejará de ser uno de los recursos más utilizados, disponibles y económicos.
Beneficios a largo plazo
Solo debemos observar los diferentes usos del aire comprimido, y los sistemas de aire comprimido, para entender los beneficios que puede traernos adaptarlos a los procesos productivos de nuestros negocios.
Porque cada sistema y cada compresor de aire comprimido es distinto. Estas herramientas han avanzado tanto, que no solo existen a un nivel sencillo y práctico para su uso en pequeñas industrias, sino que su funcionamiento se extiende a gran escala para su uso en instalaciones mucho más complejas.
Como podemos apreciarlo, no es por casualidad que el aire comprimido sea uno de los grandes aliados de la industria colombiana.
Es porque el aire comprimido es una de las fuentes de potencia más importantes. Es limpio, es de sencilla utilización y sobre todo es multifuncional y de bajo costo.
Finalmente, te invitamos a que sigas navegando este blog en donde encontrarás muchísima más información sobre aire comprimido, la potencia que mueve a Colombia.